Lo mejor que puedes hacer para mantener una buena salud ocular y una buena visión es realizar revisiones anuales.

Desde la infancia, todos debemos realizar revisiones ópticas de forma regular con el fin de comprobar nuestra agudeza visual y la salud de nuestros ojos.

En estas revisiones se evalúan diferentes aspectos como: visión general, visión periférica, visión de la profundidad, respuestas musculares, etc…

Tras la conclusión de este reconocimiento, te proporcionaremos una prescripción para la adquisición de gafas, o lentes de contacto, siempre que los necesites, porque habremos averiguado si padeces miopía, hipermetropía o astigmatismo.

Tendrás miopía si ves correctamente los objetos cercanos pero los lejanos los ves borrosos (esto es porque la imagen visual se forma delante de la retina y no sobre ella). La miopía se desarrolla,  normalmente, en la etapa escolar y puede requerir frecuentes cambios de graduación. Puede producir dolores de cabeza e incomodidad visual.

Si tienes astigmatismo verás borrosos tanto los objetos cercanos como los lejanos, aunque más los lejanos. Esto se debe a un error en el enfoque visual, porque la cornea tiene distintos radios de curvatura (no es esférica) y las imágenes llegan a la retina distorsionadas. A menudo produce dolores de cabeza y molestias oculares.

La hipermetropía, que es un error refractivo por el cual la imagen se forma por detrás de la retina, se caracteriza por la visión borrosa de objetos cercanos aunque dependiendo de la edad y de la graduación también la visión lejana estará disminuida.

Puede ocurrir que no detectes este problema, ya que un hipermétrope puede compensar su defecto, siempre a costa de un esfuerzo ocular que le producirá cansancio, sensación de arenilla, escozor, picor y dolor de cabeza.

Esto hace que pueda pasar desapercibido en los niños de ahí la importancia de examinarlos periódicamente y así permitir el desarrollo correcto de la visión evitando las posibles complicaciones como la ambliopía (ojo vago) o el estrabismo.

A partir de los 40 años empiezan a aparecer los síntomas de la presbicia , dejamos de ver la hora de nuestro reloj, a confundir las teclas de los móviles, a alejar el periódico de nuestra vista para leerlo. Este se debe a que para enfocar de cerca, el ojo pone en marcha un mecanismo de acomodación por el cual se varía la potencia del cristalino (es como un zoom) y a partir de esta edad va perdiendo flexibilidad.

 

 

 

 

Una buena manera de no olvidar tu revisión visual es asociarlo
a otro evento del año, por ejemplo, tu cumpleaños.

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